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El libro 

En este blog de encuadernando.com vamos a hablar de encuadernación artesanal, por tanto de libros, cajas, restauraciones, cartas de restaurante, álbumes, libros de firmas, porfolios, tesis, “treballs de recerca”, ediciones especiales y de las técnicas que utilizamos para poder realizar las piezas.

 

Para entender la base de la encuadernación, es importante empezar conociendo el libro y su estructura.

 

El libro en forma de códice data del s.I d.C pero su implantación total no fue hasta el s.III d.C en el que sustituyó al libro en forma de rollo. Hasta el s. V d.C las hojas interiores o cuerpo del libro eran de pergamino o de papiro y la producción de los mismos se realizaba en los monasterios. Los escribas o copistas podían copiar un escrito anterior o escribir un texto que le iban dictando, así se realizaban tantos ejemplares como copistas hubiera. Después se ilustraban e iluminaban los libros, con viñetas, letras capitulares, orlas, etc. Luego se pasaba a encuadernarlos cosiendo los cuadernillos con una tira de cuero al lomo y a las tapas de madera de nogal forradas con piel y con clavos de bronce para proteger la piel.

 

A partir del s.XII aparecen los escritores laicos y así los copistas, iluminadores y encuadernadores se profesionalizan y se especializan.

 

El códice surgió como una necesidad ya que su forma cuadrada, su estructura y sus tapas de madera permitían una mejor consulta y una mayor durabilidad. Otra de sus ventajas es que con él aumentaba el espacio donde poder escribir y además permitía un transporte mucho más sencillo y seguro, algo muy importante en aquella época.

Este poseía una estructura que se ha mantenido muy parecida hasta nuestros días.

 

El libro consta de hojas de papel dobladas, a dirección de fibra (hablaremos de ello más adelante), cosidas (existen diferentes tipos de cosido), protegidas por las guardas y custodiadas por las tapas. Estas en la actualidad son de cartón (existen diferentes tipos de cartón) forradas de tela, papel, piel, etc.

 

La parte básica del libro son las hojas de papel (dobladas y cosidas). Éstas están protegidas por las guardas (primeras hojas del cuerpo del libro que lo unen con la portada y la contraportada), y están custodiadas por las tapas, que actualmente son de cartón, y que se forran con tela, papel, piel…

También hay otros elementos más decorativos pero igualmente importantes como la cabezada (que la incorporamos en la cabeza y en el pie del cuerpo del libro), la cinta de guía de lectura, los cortes o bordes pintados y por supuesto la decoración de las tapas. Todos estos detalles, así como la tipografía de un título o la incorporación de un grabado, son los que nos permiten dar a la encuadernación la parte más personal y acorde con las preferencias estéticas de cada persona.

Dependiendo del grosor de las hojas, del tamaño del libro y del acabado final que le queramos dar deberemos aplicar una técnica u otra. También es muy importante la coherencia entre el interior (papel, tipografía, impresión, guardas, cabezadas..), las tapas (formato, materiales, título y decoraciones) y la caja que pueda proteger a la encuadernación.

 

Hay diferentes técnicas para encuadernar un libro; elegir la más adecuada dependerá del grosor de las hojas, el tamaño del libro y el acabado final que le queramos dar. La tipografía, el tipo de impresión, el papel utilizado o qué guardas se usen pueden, así como la caja que pueda proteger el libro, condicionan todo el proceso, y por supuesto, es importante que haya coherencia entre el interior y el exterior para conseguir un resultado lo más estético y a la vez funcional posible.

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(Imagen de “Manual de encuadernación” de Arthur W.Johnson)

El papel 

En este capítulo hablaremos del papel, empezaremos con una breve historia, luego explicaremos sus características técnicas y por último de su uso en la encuadernación.

 

Empezaremos recomendando un libro muy especial para nosotras ya que el autor fue nuestro profesor en la Escuela Industrial de Barcelona en la asignatura de Aula  de papel.

“El papel, técnicas y métodos tradicionales de elaboración”, Josep Asunción Pastor, Editorial Parramón. Se trata de un libro imprescindible para toda persona que se quiera adentrar en el mundo del papel artesanal.

Antes del papel industrial el ser humano utilizaba 3 tipos de soportes fibrosos de características parecidas:

~El papiro, en el Mediterráneo.

~El papel precolombino, en América.

~El papel tal y como lo conocemos, en Extremo Oriente.

 

Nos centraremos en el papel pero es posible que también hablemos de los otros soportes en posteriores capítulos.

En el año 105 d.C, en China, el artesano Tsai-Lun, después de muchas pruebas, creó el primer papel de la historia a partir de fibras vegetales extraídas de trapos, redes de pescar, corteza de morera, cáñamo o bambú.

               

                       

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Estas cuatro fases se siguen utilizando para la fabricación del papel artesanal aunque con algunas variantes.

El papel ayudó a la expansión del conocimiento ya que hacía fácil la acumulación y comunicación del saber, así que su uso se extendió rápidamente.

La ruta de la seda a través de Asia hasta alcanzar Occidente fue la que siguió el papel, y a partir de Samarkanda (Uzbekistán) la expansión llegó hasta Europa gracias a la cultura del Islam.

 

En el 751 d.c, tiene lugar en Samarkanda una batalla entre chinos y árabes por en control de la ruta de la seda. Los musulmanes obtuvieron la victoria, haciendo prisioneros a muchos chinos, entre los que se encontraban algunos artesanos del papel. A cambio de obtener un trato de favor, revelaron los secretos del oficio a los árabes, lo que hizo que Samarkanda pasara a ser un gran centro de producción de papel hecho con fibras de lino y cáñamo.

Los árabes eran pueblo de gran cultura y aprovecharon los conocimientos obtenidos para instalar molinos de papel en toda Asia Menor y en el Norte de África.

Ilustración extraída “El papel, técnicas y métodos tradicionales de elaboración”, Josep Asunción Pastor, Ed. Parramón.

 Fases fabricación papel artesanal en China

Expansión del papel

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Ilustración extraída “El papel, técnicas y métodos tradicionales de elaboración”, Josep Asunción Pastor, Ed. Parramón

En el siglo XVII ya era conocido en todo el mundo y hasta finales del siglo XVIII su fabricación era artesanal. Con la llegada de la industrialización se empezó a fabricar el papel contínuo y muchas papeleras artesanales tuvieron que cerrar.

Sin embargo, en la actualidad todavía podemos encontrar algunos molinos papeleros que se pueden visitar como el Museu Molí Paperer de Capellades (http://www.mmp-capellades.net/).

Todos los papeles poseen unas características concretas tanto sean industriales como artesanales. Todos ellos poseen un nombre, una composición, un uso, un gramaje, un tamaño, un color, un acabado, barbas, una marca de agua, propiedades especiales, una presentación y otras características.

El nombre lo suele poner la papelera que lo fabrica y nos sirve para poder distinguirlo de los demás papeles que se parezcan. Existe muchos nombres y papeleras en el mercado pero de los más usados y conocidos son Basik (Canson), Ingres, Arches, Geltex, etc.

La composición viene determinada por la cantidad materia prima que lleva como 100% algodón, 50% Kraft, etc. Esto determina la resistencia y calidad del papel: un papel de 100% algodón siempre será de mejor calidad que uno fabricado con kraft ya que la materia prima es pasta química (sulfato).

El uso junto con el acabado pueden ser muy variados pero vienen condicionados por las demás características, ya que son muy diferentes un papel de dibujo, uno de acuarela o uno industrial para impresión. El acabado es la propia superficie del papel que puede ser lisa, con rayas, con textura, mate, brillante, satinada, couché, etc.

El gramaje es una característica muy importante pues nos puede condicionar la obertura del libro junto con la dirección de fibra (le dedicaremos un capítulo entero próximamente). El primero viene dado en gramos por metro cuadrado así hasta unos 160 grs hablamos de papel, entre 160 grs y 300 grs sería cartulina y a partir de 300 grs lo llamamos cartón. Así para poder forrar una caja de anillos de boda utilizaremos cartón para hacer la estructura y papel de menor gramaje para forrar el exterior y el interior de la misma, ya que nos permitirá poder doblarlo, encolarlo y trabajarlo con mayor facilidad.

El tamaño y el color son a gusto del artista, el cliente o simplemente lo que se encuentra en el mercado. Siempre intentando mantener una coherencia entre lo que queremos transmitir con la pieza y el resultado óptimo de la misma.

Existen papeles artesanales con todo tipo de diseños, nuestros preferidos se encuentran en una tienda en Kyoto (Japón) llamada Morita Washi (https://www.insidekyoto.com/wagaminomise-morita-washi-kyoto).

Se trata de papeles artesanales (washi) de diferentes medidas y con diseños hechos en serigrafía con todo tipo de colores y precios. Estos papeles son magníficos para encuadernar y forrar cajas para guardar álbums de boda así como para cualquier encuadernación artística.

El papel tiene propiedades especiales que son relevantes y que nos dan información, tales como la opacidad, la dureza, la resistencia, la flexibilidad, etc. Todas estas características son importantes para poder elegir el papel que mejor se ajuste a las necesidades del libro, la libreta, caja o encuadernación que vayamos a realizar.

Para la encuadernación artesanal se pueden utilizar tanto papeles industriales como artesanales pero es imprescindible conocerlos a fondo. La elección de un tipo de papel condiciona toda la encuadernación y por eso hay que escoger aquel más adecuado para el trabajo que vamos a realizar. Si deseamos una encuadernación para el proyecto de fin de carrera todos los materiales que escojamos deberían tener una coherencia con el tema del proyecto, tanto el papel interior impreso como los materiales con los que forremos las tapas, así como el diseño del título de la portada.

Encuadernación japonesa

En este capítulo del blog de Encuadernando queremos hablaros de la encuadernación japonesa, para ello es imprescindible recomendaros un libro, “La Encuadernación japonesa, instrucciones de un maestro artesano” de Kojiro Ikegami, y publicado por la editorial Clan. Se trata de uno de los mejores manuales escrito por un auténtico maestro encuadernador y restaurador japonés, en él explica las técnicas para aprender a realizar todos los estilos tradicionales japoneses de encuadernación, cajas y estuches.

Japón heredó de China todos los elementos para la producción del libro: el sistema de escritura, el papel, la tinta, la técnica del grabado en madera (xilografía) y el libro en forma de rollo. Este formato de libro se utilizó durante casi mil años, desde el siglo V, pero debido a su poca practicidad para consultas puntuales, desarrollaron otras formas de libros a lo largo de los siglos.

 

Primero utilizaron las dobleces del papel y engrudo o cola para unir las hojas, como el libro en acordeón, el álbum y el libro mariposa. Este tipo de libros encolados se dejaron de usar en el s. XVII ya que el engrudo, que es un adhesivo a base de agua y harina, atraía a los insectos y éstos deterioraban los libros.

En el s. XII los japoneses inventaron un tipo de libro cosido en varios pliegos muy parecido a los libros occidentales y que se utilizaron casi de manera exclusiva para copias manuscritas de literatura japonesa, antologías poéticas, novelas y diarios.

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    Principales estilos de encuadernación japonesa  extraído de “La Encuadernación japonesa, instrucciones de un maestro artesano” Kojiro Ikegami

A partir del S.XVII la alfabetización, al crecimiento de las ciudades y a la innovación en la industria papelera, se popularizó el libro impreso a todos los niveles temáticos (geografía, matemáticas, conducta moral, libros ilustrados y novela populares)y con ello también la encuadernación, algo muy valorado en la cultura nipona, siempre sensible a la belleza.

 

En el s. XIX se empezó a utilizar la tecnología occidental y con ello se revolucionó la producción de libros en Japón. Fue necesario cambiar el papel interior suave y fino por otro de mayor dureza y superficie más dura para poder estampar las letras de metal traídas de occidente. Este papel se podía fabricar a máquina y el coste era menor, las tapas pasaron a ser duras.

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 Estructura de encuadernación japonesa  extraído de

“La Encuadernación japonesa, instrucciones de un maestro artesano” Kojiro Ikegami

Actualmente, la encuadernación tradicional sigue teniendo una gran importancia en Japón, en trabajos como libros de invitados, álbumes de caligrafía, libros de artista, etc.

 

El pueblo japonés valora el trabajo hecho a mano, y así la encuadernación artesanal, al igual que otros oficios como la caligrafía, la cerámica, los grabados, etc gozan de un gran prestigio y respeto por parte de la sociedad nipona.

Encuadernación japonesa II

En nuestra anterior entrada dedicada a la encuadernación japonesa, hemos querido mostraros un breve y sucinta historia de cómo ha evolucionado a lo largo de los años esta técnica, si queréis profundizar más, os volvemos a recomendar “La Encuadernación japonesa, instrucciones de un maestro artesano”  de Kojiro Ikegami, una perfecta iniciación en esta tradición.

La encuadernación japonesa puede llevar a engaño: su técnica es aparentemente sencilla y parece más fácil que nuestros libros en forma de códex, pues los pasos para llevar a cabo una encuadernación son menos, sin embargo requiere un gran cuidado en la ejecución puesto que los fallos son mucho más evidentes, así que requiere una depurada técnica.

Hay diferentes formatos en los que se pueden aplicar los diferentes conceptos de la encuadernación japonesa, algunos de los más habituales son el libro en acordeón, el álbum, la encuadernación de cuatro agujeros y el libro de cuentas.

El libro en acordeón consiste en una tira de papel de gramaje alto (200-300 grs) doblado en diferentes pliegues y con unas tapas duras, normalmente forradas de tela o papel. La dificultad reside en la dirección de fibra de los materiales, tanto el cartón como la cartulina interior y el material para forrar las tapas, ya que este detalle puede hacer que la encuadernación no funcione. También es de vital importancia preparar la cola para forrar las tapas y echarle la cantidad necesaria para que no se humedezca demasiado. Se puede utilizar para poner fotografías, dibujar, escribir…

encuadernacion Barcelona

   Encuadernación en acordeón

Dentro de las diferentes técnicas de la encuadernación japonesa, es importante elegir la más adecuada en función de lo que deseamos hacer.

 

La encuadernación de cuatro agujeros es una de las más habituales, se realiza con un número impar de agujeros y es especialmente útil para las impresiones de hojas sueltas.

Como hemos comentado antes, la encuadernación japonesa es aparentemente sencilla y ésta técnica es un buen ejemplo: la tensión del hilo será la clave para conseguir que el resultado final sea firme.

Y no sólo eso, también es imprescindible tener en cuenta los materiales, un excesivo gramaje del papel, puede dificultar el cosido y detalles como la dirección de la fibra de la hoja son también relevantes (en próximas entradas os explicaremos cómo tener esto en cuenta).

Un papel de 120 gramos de grosor sería el máximo que os sugerimos y, para las tapas, podéis decantaros por una encuadernación dura (forrando con tela o papel) o blanda (con una cartulina doblada o sin doblar).

encuadernacion Barcelona

Japonesa 5 agujeros tapas blandas de papel washi (papel tradicional japonés que desde hace siglos se fabrica siempre a mano).

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